Lo que
me interesa del film Rosas Blancas para mi Hermana Negra es la manera en que me tocó.
Si, en algunos casos (actualmente, en la mayoría de los casos) lo melodramático
casi me dominó. Pero el enfoque del film, la raza, es un sujeto que pone un
gran peso en las cuentas que hablan de la tema “taboo.” Por eso, lo
melodramatico (o “campiness,” si se habla con Susan Sontag) juega un parte
considerable para aliviar el peso de raza. En el teatro latinoamericano,
especialmente en el teatro queer, el humor es una herramienta con que el autor
puede comunicar con su audiencia no tan gravemente. Pero hay que este interpretación
falta; el contexto. Este melodrama me parece como un estilo, y los problemas que el film
confrontó ya son problemas, pero la ejecución nos enseña algo de las relaciones
raciales que podemos arreglar como miembros funcionarios de sociedad.
Para
mi, el problema es el termino. Hay una escena en que la madre Laura llega a la concordancia
con su racismo profundo. Por supuesto, es cuando su hermana necesita un corazón,
y con el muerto de Roberta, el corazón “negro” puede usado por el cuerpo “blanco,”
y esto es una escena muy emocional. Pero como miembros de un sociedad que
necesita la igualdad que predicamos, necesitamos visualizar un mundo en que haría
un problema con este escena. Necesitamos entender por que esta escena no puede
ser ayudado con el melodrama, y (discúlpame) como revela el corazón del
problema con nuestra concepción de la raza.
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