Mosquita
y Mari es una película que en definitiva demuestra un aspecto de la cultura
latinoamericana que es muy importante y al mismo tiempo constantemente olvidada.
Creciendo en un país latinoamericano me dio la oportunidad de ser testigo de la
discriminación y condenación de la comunidad LGBT. Tanto los jóvenes como los
adultos hablan y miran de forma negativa a esta comunidad. Continuamente pude
ver como el ser “gay” o “lesbiana” era tanto algo indeseable como un termino
con el que insultar a los demás. Es común escuchar a alguien decir a otra
persona que: “deje de ser tan maricón”, seguido de alguna acción que debe de
hacerse para probar que es un hombre o un “macho”. Es realmente una pena que
esto sea parte de la idiosincrasia latinoamericana. Esto es el resultado de una
cultura que ha sido muy oprimida tanto por extranjeros como por su propia religión.
Sin
embargo, esto es algo que tiene que cambiar. Personalmente, mis dos mejores
amigos son un hombre y mujer gay. Yo he visto que han tenido que pasar por
muchos obstáculos para poder libremente ser y amarse a si mismos. Para ella fue
mas fácil pero para el fue mas difícil. No siempre es igual para todos. Aunque
sus familias fueron completamente abiertas con ellos no siempre es así. Al ver
la película fue interesante observar que la reacción que existe por parte de la
madre a esta realización de su hija no es una negativa pero una de compasión.
Eso es algo que es muy diferente de la norma en Latinoamérica. Me gusta que la película
no se base en estereotipos, si no que cuente la historia de una posible
realidad, en vez de lo común. Es sobre todo interesante pensar que Latinoamerica es tan rica en cultura y mezcla de razas e ideologias, sin embargo rechazan a sus miembros cuando son diferentes.
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