El capítulo
tres que leí me informó de la historia de las revoluciones diferentes. Lo que
me gustaba mucho era que cada país latinoamericana puede conceder el crédito de
su independencia a una sola figura de influencia. Los países de Venezuela, Argentina,
Uruguay, México, Cuba, y más tienen una historia diferente y un líder específico
que trabajaba, organizaba, y luchaba por su área respectiva en su propia
manera. La diversidad de las Américas se retrata con respeto a esto, porque los
cuentos varían con los otros.
A mí, este capítulo
me habló fuertemente porque el impacto que estos cuentos tenían y siguen
teniendo a la América latina de hoy es muy presente. Por ejemplo, Simón Bolívar
es una de las figuras más reconocidas y respetadas por sus esfuerzos. No es
solamente por sus acciones, pero también por su actitud, sus sentimientos a
otros y su pasión a apoyar y luchar por una causa digna, que le reconocemos
como el Libertador. También, no solamente luchó por la independencia de su
propio país de Venezuela, pero también es responsable por todo de Sudamérica,
incluso los países de Colombia, Perú, Ecuador, y Bolivia.
Me
interrelaciono con este capítulo porque yo creo firmemente que la manera en que
las cosas son hoy en día es posible por las historias del pasado. En
particular, el cuento sobre Miguel Hidalgo y su derrocamiento sobre la corona española
me importaba mucho porque creo que si él nunca hubiera hecho esto, la vida en México
hoy en día seria vastamente diferente.
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