Miriam Jiménez
Román y Juan Flores nos ofrecieron algunos temas y algunas teorías sobre el
estado del mundo “post-racial” y la represión de racismo dentro de Latinoamérica.
Juan Flores dijo que el mundo ideal, en los términos más sencillos, todos tendrían
igualdad. Pero ya no tenemos, y ya no vivimos en un mundo post-racial, pero uno
con una jerarquía (en una forma de pirámide) de clases y colores. Román dijo
que la igualdad es ideal, pero debemos confrontar la desigualdad antes de
podemos avanzar en el discurso de raza. Ella dijo que esta ideología “post-racial”
es una racionalización de desigualdad, o es como una manera de ocultar el
racismo. Ella dijo que debemos celebrar la diferencia entre la gente del mundo
(especialmente en Latinoamérica).
Flores dio
una respuesta a mi pregunta interna: ¿cómo y porque los países latinoamericanos
quieren ocultar el racismo? Flores explicó que la ideología latina está basada
en una identidad nacional, y esta identidad nacional se forma una cohesión dentro
de la sociedad. El racismo, entonces, representa y forma una división en la
identidad nacional y a la cohesión social que fueron derivadas de la edad de revolución.
En otros términos, “aceptar desigualdad para mantener estabilidad.”
La pregunta
que no he formado durante la discusión pero que me viene ahora es cómo podemos
deconstruir la idea de “blanco.” Hay una relación entre de la “racializacion”
de la cultura (que está pasando en los Estados Unidos con los hispánicos y
latinos) y la posibilidad de un desarrollo de la “culturalización” de la raza
blanca. Esta pregunta es importante para hablar de los raíces de desigualdad y
como se forman en la cultura latinoamericana. Espero que puedo hacer la misma deconstrucción
con la idea de homosexualidad dentro de la comunidad indígena en Latinoamerica,
porque los dos grupos, aunque diferentes, también son marginalizados por la
cultura que genera desigualdad de su noción de “blanco.”
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