Como ya
sabemos, hay un problema en América Latina con respecto a los desprecios que
afrontan muchas indígenas. Las lecturas de esta semana abordan este problema que
tienen que afrontar tantos latinos diferentes, incluso los costarriqueños, los nicaragüeños,
y los guatemalenses. Creo que la diversidad se retrata en este aspecto. Es
obvio que estas comunidades están suprimidas y tratadas injustamente, así vemos
este sentido de diversidad porque cada país latinoamericano tiene que ocuparse
con sus propios desprecios, como menciona David Díaz Arias en su artículo.
Por otro
lado, el artículo de Ricardo Murcio-Rodríguez y Miguel Ángel Marcos-García
aborda un problema bien conocido, en que estas comunidades están suprimiéndose por
las empresas. Ya que tienen tanto poder, estas compañías exitosas pueden aprovechar
y abusar su poder para sacar ganancias económicas, como lo hacen algunas
empresas. Esta explotación y este maltratamiento están causando un impacto negativo
a sus comunidades respectivas. Sin embargo, este artículo nos informa de las
acciones que hacen las empresas cuyos objetivos incluyen el servicio y el
desarrollo social de la comunidad. Me gusta este artículo porque nos da un poco
de esperanza que los objetivos e implementaciones de estas empresas tendrán un
impacto positivísimo en la sociedad latinoamericana.
Aunque no
estamos suprimidos por las empresas aquí en los Estados Unidos, me
interrelacioné con esta información porque este escenario es muy común en otros
aspectos de vida. El problema en que las personas más grandes suprimen,
intimidan, y explotan a esas personas más pequeñas, figurativamente, se ve muy
frecuentemente aquí. Lo vemos en las escuelas, en las calles, y hasta en los
lugares de trabajo. Pues, fue interesante leer como este problema ocurre en América
Latina, en una escala mayor.
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