Por la
semana pasada expusimos varios manifestaciones de y reacciones a la injusticia
del tratamiento de los indígenas de Latinoamérica con respeto a su tierra. Es irónico que la población que conoce
esa tierra mejor que todos es la que pierda el derecho de usarlo para crear su
fuente de su sustento.
Los
casos de las minas y el turismo muestran situaciones corrientes en que la
población nativo y local está puesta en una posición comprometida a causa de
intereses industriales y la fuerza de otros naciones con mas dinero. Por ejemplo los estados unidos y Japan
producen un gran mercado para los productos de las minas bolivianas, pero los
trabajadores que luchan y arriesgan sus vidas para obtener esa recurso no
reciben una porción apropiado para su esfuerza y la material. Así Bolivia pierde sus reservas de
recursos naturales y no gana tanto como podría del proceso. La industria del turismo también crea
un problema y una paradoja comparable.
Otra vez las empresas manejan al cambio y marginalizan las necesitas de
las habitantes pobres. En los dos
casos, hay un gran industria, pero poco del dinero que agrega llega al
población general.
Hay
varios reformas que han intentado a corregir la situación de los indígenas y su
tierra, pero ninguna ha sido ideal.
Hemos explorado varios ideas políticas que abordan este problema incluso
el gamonalismo, el neoliberalismo, grupos bolivarianos. Todavía esas comunidades no han llegado
a un punto satisfactorio.
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