Capitalismo y competencia salvaje

Lo que me toca fuertemente esta semana fue el video del turismo en el Caribe y Latinoamérica. Me demuestra el gran problema con el “desarrollo” de la tierra cerca de y dentro las fronteras de un país que necesita reforma interna más. Tengo un predisposición a odiar el capitalismo por sus injusticias y daños a los quien no son afortunados a beneficiar de sus lucros. En esencia, el capitalismo es un “zero-sum game,” en que los al pico son inclinados a pisar sobre las cabezas de los al fondo. En Latinoamérica, me parece que lo mismo pasa. Líderes como Evo Morales (y a un extenso, Hugo Chávez, cuyo término como presidente de Venezuela fue estropeado por la media estadounidense, creo) están apoyando su gente propia por no venderlos a los poderes económicos del mundo, pero por construir una infraestructura que levanta sus pobres a un calidad de vida que fue dañado por los gobiernos autocráticos, el acto de favorecer los elites, y la interferencia de los estados unidos. Los problemas internas de un país que tiene tanta desigualdad, en cualquier parte del mundo, pueden ser fijados por un líder quien tiene una visión de igualdad y justicia social por su gente de cualquier color, herencia, o estado socioeconómico. Sin embargo, la entrada de intereses extraños, como barones de propiedad, se complica el retrato de una sociedad justa e igual. Lo que pasa, por ejemplo, en la Republica Dominicana con sus playas y la inhabilidad de sus ciudadanos a usarlas por proteger los intereses y la “privacidad” de las turistas es un acto descarado de negocios insensibles. También, en las situaciones de domino capitalista, la gente, a veces, sienten que deben vender sus propias culturas para sobrevivir. Esta situación marginaliza los ciudadanos de un país no sino en los términos geopolíticos, pero también en los términos culturales y personales. Una práctica cultural, si una baila o una manera de cocinar, vuelve de ser una exhibición. Lo que quiero decir es si un país necesita o va a beneficiar de desarrollo económico, sus líderes y su gobierno deben ver a las regulaciones y empujes a reforma de los gobiernos socialistas; si, yo será la primera decir que no hay una sistema perfecta de gobernar, pero debemos, como un mundo, ver a las sistemas que valen igualdad en vez de competencia salvaje.