Esta semana
estudiamos las comunidades LGBT. Esta comunidad es tan importante como las
mujeres, los indígenas o los afro-latinos que hemos estudiado en clase. La idea
general de estudiar estos grupos es reconocer que existen estas minorías y
ayudar a eliminar su marginalización y luchar por su equidad. La verdad yo no
soy muy fanática de esta tema, pues creciendo en una familia católica y en un
colegio católico creo que Dios creo al hombre y a la mujer cada uno con un rol específico
y creo las cosas de tal manera de que el hombre y la mujer están destinados a
vivir juntos y ser pareja. Sin embargo estuve muy abierta a las discusiones en
clase sobre los grupos LGBT y aprendí mucho. Con respecto a la legalización del
matrimonio gay en Argentina hay dos puntos de vista, los que piensan que esto
es un gran paso hacia equidad vs los que piensan que esto es una declinación moral.
Pues legalizando el matrimonio homosexual estamos cuestionando el carácter natural
de una familia consintiendo de un hombre y una mujer y de cierta forma estamos
apoyando a la gente para que rompan esta norma. Algo de lo que realmente no había
pensado es el hecho de que las parejas homosexuales deberían tener derecho a la
adopción. Es mejor que los niños tengan dos papas o dos mamas en vez de ser huérfanos,
pues lo que necesitan es una red de apoyo social que puede ser brindada por una
pareja homosexual. Debemos respetar a todos los seres humanos y garantizarle
sus derechos humanos no importa si son homosexuales; sin embargo lo que no me
gusta es este reto o difusión de la norma. Naturalmente el núcleo familiar está
formado de una mujer y un hombre y esto es comprobado científicamente, es por
esta razón que dos hombres o dos mujeres no pueden crear un bebe. Cada uno
tiene derecho a vivir su vida como quiera mientras que no interrumpa o viole los
derechos humanos del resto de las personas.
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