En la semana doce, aprendemos sobre las
mujeres en América Latina. Específicamente, aprendemos que recientemente, hay
un aumento en la participación de las mujeres pobres en los movimientos
sociales. Las mujeres pobres enfocan en los movimientos centrados en los
derechos humanos y el consumo colectivo, como el costo de la vida o la
disposición de los servicios públicos. Algunos de los factores que contribuyen
a su participación aumentado son la crisis económica y el apoyo de la iglesia
católica que las mujeres reciben. Como resultado, ellos usan estrategias de
supervivencia y crean organizaciones dedicadas al consumo colectivo, como ollas
comunes y talleres productivos. Ellos eligieron el estado en vez del lugar de
trabajo como su principal área de participación para varias razones. Todavía
hay desigualdades en la fuerza de trabajo, y las mujeres son considerado
asalariados secundarias. Fue más efectivo tomar los temas de consumo colectivo
y disposiciones públicas (agua corriente, electricidad, transporte público)
directamente al estado. Pero un problema es que las feministas critican a
algunos de estos movimientos. Aún los movimientos ayudan las mujeres, estos
movimientos refuerzan el estereotipo de la mujer doméstica. Sin embargo, la
participación de las mujeres en los movimientos ha cambiado su autodefinición
y, como resultado, van a seguir luchando por más derechos
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